Ustedes, vosotros, vos o tú... Tantas formas de expresarse como países hispanohablantes existen. Pero un solo idioma.
El español estrenó el jueves una nueva e histórica gramática académica que traza por primera vez en 80 años un mapa de las diferentes estructuras y formas de comunicación de una lengua que comparten 400 millones de personas en España, América y Asia.
Los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, apadrinaron en Madrid la presentación de la "Nueva gramática de la lengua española", editada por Espasa. Es un extenso trabajo de casi 4.000 páginas consensuado durante 11 años por 22 academias de la lengua a uno y otro lado del Atlántico, incluida también Filipinas.
No es una guía que marque una línea roja común y obligatoria para el uso del idioma, sino más bien se trata de un compendio, con algunas recomendaciones lingüísticas, de lo que une y diferencia a todos los que tienen el español como lengua materna.
"Aquí están todas las voces, todas las hablas conformando una gran polifonía", dijo el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha. "Este libro viene del pueblo y al pueblo busca".
Es la primera gramática académica elaborada desde 1931 y, como gran novedad, incluye todas las particularidades del español de América, el continente donde se concentra la mayoría de los hispanohablantes del mundo.
"Es la primera vez que se explican con rigor científico y con lujo de detalles las diversas variedades del español americano", subrayó en su intervención el presidente de la Academia Mexicana de la Lengua, José Moreno de Alba. "La nueva gramática que hoy se presenta es sin duda la más completa descripción científica que jamás se haya hecho de la lengua española".
Coordinada por el académico español Ignacio Bosque, uno de los principales referentes a nivel mundial en el estudio de la gramática española, la obra repasa en tres tomos _morfología, sintaxis y fonética y fonología_ las diferencias del español en las regiones donde se habla y huye de la norma obligatoria al establecer recomendaciones generales. Es decir, se respetan las formas de comunicación de cada país, aunque, en determinadas circunstancias, se propongan usos más correctos.
"La obra no constituye un catálogo de usos, sino una descripción pormenorizada y detenida de la estructura del idioma", explicó Bosque. "Si tuviera que elegir un adjetivo para calificarla, elegiría sin dudarlo el de plural".